Estos son momentos, los de la pandemia, de mirarnos por dentro. De vernos en lo que estamos haciendo y diciendo.
En general, se está simbiotizando mucho con el entorno, por lo tanto, se está dando el poder propio a lo que digan o hagan los demás. Esto es peliagudo. No se puede caer ahí.
En el momento en el que damos nuestro poder, nos quedamos sin nada y surge el juicio, el miedo, la inseguridad y la falta de respeto. Un total caos.
EJERCICIO
Un ejercicio para salir del miedo y del caos son las afirmaciones rotundas:
“A mi no me llega el virus”.
“Voy a bailar con el coronavirus y marco distancia, pero no permito que baile conmigo. Yo soy la que tiene el poder”.
Quito miedo y asumo que está pero siendo yo quién marca el baile.
Ánimo y a por ello.